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Investigadores del ICMA lideran un proyecto europeo sobre un nuevo método para introducir material genético en las células.

Investigadores del Instituto de Ciencia de Materiales de Aragón (centro mixto del CSIC y de la Universidad de Zaragoza) lideran un proyecto europeo con el que se desarrollará un nuevo método para introducir material genético en las células con fines terapéuticos y biotecnológicos. Bajo el nombre “Terapia génica basada en hipertermia magnética localizada para inmunomodulación” un grupo de investigadores del ICMA, de la Universidad de Zaragoza y de la Universidad NOVA de Lisboa (Portugal) está desarrollando esta nueva tecnología de una forma más eficiente que las utilizadas actualmente.

En este estudio los investigadores trabajan con nanopartículas magnéticas que, por su minúsculo tamaño, al colocarlas en un campo magnético alterno pueden generar calor. Habitualmente, este calor generado por la nanopartícula (un compuesto químico) se usa en terapia antitumoral con el fin de destruir células cancerígenas al calentarlas de forma selectiva.

Con este proyecto se pretende usar ese calor generado con otro fin. No se busca alcanzar un calentamiento de toda la célula sino que se pretende que esas nanopartículas se queden en la membrana de la célula y ese calor que generan provoque pequeños poros (agujeros) en la membrana (que se abran y cierren después) para introducir en dichas células material genético. La idea es no usar ese calor para matar a la célula de forma directa sino para lograr introducir material genético en su interior burlando su primera línea de defensa (la membrana celular).

Este nuevo método podría tener aplicaciones, por un lado, en el campo de la biotecnología. Al introducir material genético, la célula actuaría como un reactor para poder producir proteínas que antes no producía y que podrían usarse, por ejemplo, para la producción en grandes cantidades de agentes terapéuticos (hormona de crecimiento, insulina, interferón, etc.) o proteínas presentes en productos cotidianos, como puede ser en detergentes para ayudar a degradar la grasa.

Por otro lado, esta nueva forma de “acceder a la célula” podría ser utilizada para tratar enfermedades genéticas consiguiendo que el material genético que se introduzca apague o desactive por ejemplo oncogenes (genes que inducen el desarrollo del cáncer). Esta aplicación tendría un gran potencial en terapia debido al fuerte resurgimiento de la terapia génica gracias a que varios fármacos aprobados recientemente, basados en reparar o sustituir genes defectuosos, están teniendo impacto real en pacientes.

Lo novedoso de este proyecto es esta nueva forma que se plantea para introducir el material genético al interior celular, con la que se busca mejorar la eficiencia y disminuir la toxicidad en comparación con los métodos utilizados hasta el momento.

Dos empresas aragonesas y un grupo clínico participan en el proyecto

Además de grupos de investigación, también participan en el proyecto dos empresas aragonesas de biotecnología: Nanoinmunotech y nB nanoScale Biomagnetics, que actuarán como comité asesor industrial para evaluar las perspectivas reales de transferencia a la industria.

Dichas compañías están interesadas en llevar al mercado la tecnología propuesta en el caso de que todo evolucione satisfactoriamente. El mercado global al que apunta esta novedosa tecnología fue en 2017 cercano a los 600 millones de dólares. Por lo tanto, el potencial impacto económico del desarrollo de este proyecto es muy alto.

Por otra parte, debido al probable uso en terapia de esta nueva tecnología, en el estudio también está involucrado un grupo clínico, el Grupo de Oncología Médica del Hospital Miguel Servet de Zaragoza.

Aunque no forman parte del equipo de investigación, las empresas mencionadas y el grupo de Oncología Médica participarán activamente durante el proyecto como asesores, tanto por el potencial de transferencia industrial como por su posible aplicación clínica.

Para la coordinadora del proyecto e investigadora del CSIC en el ICMA, Valeria Grazú, “resulta muy importante que tanto el ámbito empresarial como el sanitario estén apoyando de forma activa el proyecto desde sus inicios para que luego sea más fácil que haya un impacto real de esta investigación en la sociedad a más largo plazo”.

El estudio comenzó el pasado mes de septiembre, se prolongará hasta el 2020 y forma parte del programa de Investigación e Innovación de la Comisión Europea Horizon H2020. Los responsables son Valeria Grazú, coordinadora del proyecto e investigadora principal por parte del ICMA y miembro también del CIBER-BBN; Pilar Cea, investigadora principal por parte de la Universidad de Zaragoza y Pedro Baptista, investigador principal por parte de UCIBIO@DCV de la Facultad de Ciencias y Tecnologías (Universidad NOVA de Lisboa, Portugal). El proyecto surge a raíz de una beca Marie Curie (programa H2020), de la investigadora del ICMA Raluca Fratila, quien también participa en este proyecto.

Adjunto

AI

Abril 2024

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