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Tres telescopios en la entrada de la Facultad de Ciencias permitirán a los ciudadanos seguir el paso de Mercurio por delante del Sol . Lunes 9 de mayo de 2016

El tránsito de Mercurio no es observable a simple vista. Expertos en Astronomía y Astrofísica de la Universidad de Zaragoza coordinarán la actividad entre las 13h. y las 21h.

 Si se observa sin las debidas precauciones, la radiación ultravioleta e infrarroja pueden provocar lesiones oculares

(Zaragoza, miércoles, 4 de mayo de 2016). La primavera llegará este año de la mano de un tránsito de Mercurio, que se podrá seguir el lunes 9 de mayo entre las 13:12h. y las 20.40h. desde el campus San Francisco de la Universidad de Zaragoza, gracias a los tres telescopios que se instalarán en la entrada principal de la Facultad de Ciencias.

Esta es una de las actividades que se han programado en la facultad, en colaboración con Estudios Astronómicos Saludie (EAS), el Instituto Universitario de Matemáticas y Aplicaciones (IUMA) de la Universidad de Zaragoza y la Agrupación Astronómica Aragonesa (AAA), para observar cómo Mercurio transita por delante del disco del Sol.

Con esta actividad se pretende invitar a los que lo deseen a contemplar este tránsito, que se produce cuando Mercurio se interpone entre el Sol y La Tierra, tal como explican dos de sus organizadores, Manuel Membrado, profesor titular de Astronomía y Astrofísica, y Luis Rández, catedrático de Matemática Aplicada. Colaborarán Fernando Jiménez, profesor titular de Economía Aplicada y Miguel Angel Pérez, investigador del Instituto de Astrofísica de Andalucía)

El tránsito de mercurio solo ocurre 13 o 14 veces cada siglo, y siempre en mayo o en noviembre. Aunque es un fenómeno astronómico de gran interés, el tránsito de Mercurio no es tan espectacular como un eclipse de Sol o de Luna. De hecho, el pequeño tamaño con el que se aprecia Mercurio hace que su tránsito no pueda observarse a simple vista. En todo caso, en los tránsitos que ocurren en mayo, mercurio está más cerca de la Tierra y se aprecia un 20% más grande que en los de noviembre.

Mercurio tiene un radio de unos 2 400 km, mientras que el Sol presenta 700 000 km. Durante el tránsito, Mercurio y el Sol estarán separados por una distancia que será unas 0.45 veces la separación entre la Tierra y el Sol. Como consecuencia, el Sol aparentará tener unas 160 veces mayor diámetro que Mercurio. Esto hace que Mercurio podría ser confundido con manchas solares. De hecho, solo su lento movimiento podría permitir distinguirlo.

El último tránsito tuvo lugar el 6 de noviembre de 2006, pero no fue visible desde España. El siguiente tendrá lugar el 11 de noviembre de 2019

Para el seguimiento del tránsito de mercurio, uno de los telescopios visualizará la cromósfera solar en CaII en la pantalla de un ordenador; otro telescopio proyectará la fotósfera solar sobre una pantalla blanca; y, el tercer telescopio permitirá observar directamente la fotosfera solar.

La fotósfera es la parte de la atmósfera solar que es observable a simple vista. Se extiende desde la superficie del Sol hasta unos 500 km de altitud y presenta una temperatura media de 6.000 grados. En ella se observa la granulación solar y las manchas solares.

La cromósfera es la siguiente capa atmosférica y se extiende desde el final de la fotósfera hasta una altitud que varía entre los 2.000 y 5.000 km. Su temperatura alcanza los 25.000 grados y su estructura está gobernada por el campo magnético. Es trasparente y solo puede apreciarse usando filtros especiales que solo dejan pasar luz procedente de los iones de calcio y de los átomos de hidrógeno localizados en sus partes más externas. Con el filtro azul de CaII se visualiza la estructura en forma de red de la cromósfera. Con el filtro rojo H-alfa se observan las protuberancias y filamentos que dan lugar a las tormentas solares.

Consejos

Los expertos recuerdan que mirar al Sol directamente durante el eclipse sin la protección adecuada podría conducir a la pérdida irreparable de la visión. De ahí que aconsejen no observar el Sol con radiografías, carretes de fotos, cristales ahumados, o gafas de Sol, dado que no son las protecciones adecuadas. La observación directa del Sol con un prismático o un telescopio sin los filtros adecuados lleva a la pérdida casi instantánea de la visión.

La forma más segura de observar un eclipse de Sol es la observación indirecta, que consiste en proyectar la imagen del Sol que se obtiene de un prismático o de un telescopio sobre una lámina blanca.

Para la observación directa es necesario el uso de filtros solares que bloquean el 99.9999% de la luz solar. Las láminas de filtro solar tipo Mylar son las más adecuadas y económicas para realizar una observación solar de la forma más segura. Baader Planetarium es el fabricante más reputado de estas láminas. Baader también comercializa gafas que contienen estas láminas.

Más información

Manuel Membrado:

Profesor titular de Astronomía y Astrofísica

Luis Rández:

Catedrático de Matemática Aplicada 

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